Me gustaría que compartieras esta noche conmigo, ah, si tu pudieras ver lo que yo he visto y sentir lo que yo he sentido tal vez te apresurarías a llegar. El fresco aire que anuncia una cercana tormenta, el verdor de las palmeras meciéndose de un lado a otro y el ondulante azul pálido del agua en la piscina me piden a gritos que no esté solo, que los disfrute acompañado.
Mezclilla y camiseta es lo que visto mientras el frescor del aire intenta tomar mis tristes pensamientos y alejarlos. El aire envuelve mi escuálido cuerpo y juega con mi cabello y la sensación agridulce de felicidad y sueños rotos me recuerda que estoy vivo y que tal vez lo estaré por un tiempo más.
Venero cada gota de lluvia que cae sobre mí, son como el recuerdo de una lágrima pasada, como si el cielo comprendiera mi dolor y tratara de limpiar mi espíritu. Perdido y solo en esta isla tan física como psicológica me deleito con el agua que cae sobre las palmeras que ahora brillan lustrosas bajo la tenue luz de la elevada lámpara nocturna que las ilumina, en tanto que mis sentimientos vienen y van cual las oscuras olas del inquieto mar que me susurra su rítmica y sollozante canción sempiterna.
La fina arena ahora mojada es el escenario ideal para dos felices amantes que comparten su serena caminata tomados de la mano a la luz de la blanca y brillante luna nueva que los mira expectante mientras se prometen amor eterno.
La luna podría contarnos cientos de miles de historias de enamorados que hicieron lo mismo y tal vez más, de enamorados que bajo su luz crearon un vínculo que los unió aún antes de lo que ellos esperaban.
Las luces de los apartamentos se apagan y en algunos otros se encienden, sería para mí un gozo que estuvieras aquí para apagar el del mío y que me abrazaras mientras miramos juntos la luna o el mar o las palmeras y que dijeras mi nombre quedito.
Es curioso como entre la vorágine de sentimientos que me atormentan o que me hacen feliz me doy cuenta que no somos santos ni demonios, somos simplemente personas que entre muchos errores y algunos aciertos tratamos de entender de diferentes maneras y llamando de diferentes nombres el mismo fenómeno que nos sobrepasa.
Te amo por saber mirar dentro de mi, por tu dulzura y tu infantil candor que me hacen querer ser mejor, te amo por el amor que me profesas y que se siente como delicada seda, huele a rosas, sabe a miel y me ilumina con tonos pastel. Por esta luna que me mira y por el inmenso mar ante mi, juro que estarás aquí conmigo... tan pronto te encuentre y nos enamoremos...