sábado, 28 de noviembre de 2009

Si todo se fuera


Si el mundo se congelara,
aún me quedaría tu calor
para templarme.

Si la luz dejara de existir,
aún tendría tus ojos y
aún tendría tu sonrisa,
para iluminarme.

Si la música dejara de existir,
mientras tuviera tu voz
y tu risa, no me importaría,
porque ello es como música
interpretada por los ángeles,
tuya es la música,
y tu eres un ángel.

Si mi fortuna comenzara a decaer,
no importaría mientras te tuviera a ti,
tu eres el máximo regalo que pude haber obtenido
en la lotería de la vida.

Si ya no hubiera más alegrías
y el mundo se volviera gris,
el solo hecho de estar junto a ti
me haría sentirme alegre.

Pero si tu te fueras,
no me quedaría nada,
sería lo mismo estar vivo o muerto,
porque de la misma manera en que al muerto
no le sirven ni el calor, ni la luz,
ni la música, ni la fortuna,
ni las alegrías,
yo ya no podría sentirlas
porque tu eres todo eso para mi.

sábado, 21 de noviembre de 2009

Como una caja de cerillos.


Sin ti, me siento como un sol apagado que recuerda sus días de brillo.

Sin ti, me siento como un desierto sediento y quebradizo que rememora los gloriosos días de lluvia.

Sin ti, soy como un atleta lesionado, un televisor fundido, una ecuación sin resolver o una carretera sin tráfico.

Sin ti, me siento como una caja de cerillos... sin cerillos... y sin caja.


sábado, 14 de noviembre de 2009

Yo velo tu sueño


Mientras dormías, te miré,
miré tu rostro de niña,
recordé tu sonrisa que me deleita,
tu labios incitantes,
la profundidad de tus ojos hechiceros.

Mientras dormías, te miré,
y vi tus brazos hermosos,
y recordé los abrazos,
y casi pude sentir cada uno
al recordar los que me has dado
durante estos meses.

Mientras dormías,
te observé,
tus pies,
tus piernas,
tu vientre,
y soñé despierto,
y me extasié,
y disfruté de la magnánima estética,
que proyecta tu cuerpo
cuya belleza solamente es comparable
con el candor de tu alma.

Mientras dormías te miré –¡otra vez!, ¡sí!, como siempre
y percibí tu alma, – esta vez más profundamente
tu alma tan suave –como la más fina seda
y cándida, -como la de un infante
tan ingenua, -sin malicia, sin doblez
tan pura, -como limpia tu mirada
mientras dormías...
... me enamoré más de ti.

sábado, 7 de noviembre de 2009

Como una tumba


Ahora que no estás
la soledad ha tomado posesión
de lo que antes fuera nuestro hogar
y me ha desplazado a un solo rincón
desde donde te lloro en ocasiones.

Sin ti todo pierde el sentido,
o adquiere uno nuevo,
y mientras la soledad se apodera del lugar,
el sufrimiento hace lo propio en mi alma.

Nuestra habitación que antes fuera
un lugar cálido y confortable
se antoja hoy como una tundra
con su permafrost de cuadros blancos y negros
que es el entramado del último cubrecama que pusiste.

En la cocina percibo las burlas
de cada uno de sus inertes habitantes,
que están allí como mirándome
y esperando que me aleje de su jungla
mientras el alimento me grita que no lo ingiera
puesto que sin ti no lo necesito.

En ocasiones,
mi vista me ha engañado
y he mirado al mismísimo Cerbero en nuestro pórtico
a guisa de velador del nuevo Hades,
de este nuevo Hades
que se erige en lo que otrora fuera un paraíso.

Sin ti,
esto se siente como un planeta extraño,
muy propicio para seguir muriendo lentamente.

Sin ti,
esto no es más que una tumba con puertas y ventanas.