sábado, 20 de agosto de 2011

Cómo ser un gran poeta

Tienes que sufrir a intervalos periódicos
ya sea un dolor propio,
o por causa de un anhelo
que se ve lejos de alcanzar

Tienes que torturarte tratando de ser bueno
mientras todos los demás
te cuentan como engañan
y como mienten.

Debes dejar pasar las oportunidades de amor verdadero
porque estás aferrado a algo
y cuando por fin te liberes de ese algo
tienes que tirarte unas cuantas putas,
porque crees que el amor no llegará a ti.

Debes trasnochar más no beber,
porque la bebida nubla la razón
y esto se trata de estar consciente.

Debes soñar y llorar,   
y leer y observar,
pensar y sentir,
y tratar de olvidar aquello que no funcionó,
que finalmente ningún amor funciona.

Finalmente todos los hombres son iguales,
y todas las mujeres son iguales,
si uno piensa que es diferente es porque se siente culpable,
o porque está engañado,
si uno piensa que otra persona es diferente
es porque está enamorado,
más no significa que sean realmente diferentes.

Escribe, escribe mucho,
tira los que no sirvan
y conserva aquellos
que aunque absurdos te evoquen un sentimiento,
cualquier sentimiento.

Escribe, tal como lo harías
si tus desgracias le hubiesen pasado a otra gente,
sin tapujos ni condescendencias.

Más no te engañes,
ni los viajes
ni el dinero dan la felicidad,
ni el sexo fugaz
que dura lo que tarda en extinguirse el orgasmo.

No sé donde está la felicidad,
pero yo encuentro una poca escribiendo.

sábado, 13 de agosto de 2011

Pero no contigo.

Se está nublando, como mis sentidos,
pero apartar no puedo el embriagante fluido.

Está lloviendo, tal como en mi alma,
y sigo aquí pensando que no habrá un mañana.

Se forma un río tal como en mi almohada,
y sigo acostado pensando que me amas.

Relámpagos caen, como los que siento
al prender la luz de mis aposentos.

La serena lluvia me recuerda a ti,
cuando tu me amabas,
cuando a mi lado estabas.

Recuerdo esos días,
cuando me querías,
cuando tu vida por mi darías.

La violencia del relámpago me recuerda a mi,
al verte perdida,
al no poder cerrar mi herida.

El granizo golpea mis cristales,
como tus errores mi alma herida,
más yo nunca te vi afligida.

Dejando de llover está,
y ahora sé que habrá un mañana,
pero no contigo.

sábado, 6 de agosto de 2011

El cariño por cero

Hace ya bastante tiempo, cuando estudiaba en la universidad, durante las clases de matemáticas tocó el tema de sistemas de numeración y ello mezclado con todas las clases que recibía (con agrado eso sí) provocó  que se me ocurriera este texto, basado en un hecho que si bien en su momento fue ficticio, casi todos hemos vivido aunque lo expresemos de diferente manera: la pérdida de un amor y el sentimiento de que todo aquello que disfrutábamos se ha tornado en algo sin importancia.

Sirva lo anterior de introducción. Les presento:

El Cariño por Cero

Encuentre
donde f(x) representa el número de latidos de mi corazón.

Ahora que te pierdo no soy mas que un tonto con la cabeza llena de porquería escolar que nada me ha servido, porque en el corazón la ciencia no entra, ¿de qué sirven las matemáticas, la física, la estadística, si en el corazón no mandan?

¿Cómo se administra un corazón roto?
¿El ciclo “for” sirve para programar el destino?
¿Cómo se maximiza el cariño?
¿Cuál es el camino más corto para amarnos?
¿Cómo se predice el tiempo que estaremos juntos?
¿Cómo se calcula la fuerza del flechazo de cupido?
¿Quién puede decirnos como usar la relatividad para alargar nuestro tiempo juntos?
¿Cuál es el diagrama de alto nivel de la forma en que nos enamoramos?
¿Qué coordenadas indican el lugar donde volveremos a encontrarnos?
¿Cómo se calcula lo que nos amamos?
¿Cuál es la probabilidad de volver a amarnos?
¿Cuál es el peso molecular de un suspiro?
¿Con cuántos suspiros puedo producir suficiente energía para encender un foco?
¿Con cuántos pensamientos en ti puedo obtener electricidad para carbonizar mis sentimientos en el asador del olvido?

No tengo respuesta a ello, solo sé que mi cariño es tan grande que no habría número lo suficientemente enorme para que al restarlo desapareciera y no puede multiplicarse por (–1) porque no puedo odiarte. Mi amor no puedes dividirlo, ni restarlo, y su raíz eres tú. Supongamos un momento que el amor que te tengo es un gran número, el amor que tu me tienes es otro, mi amor no puede desaparecer, la única forma de desaparecerlo sería multiplicarlo por cero... pero buscaría la manera de cambiar de sistema numérico por uno en que el cero no represente el vacío...