sábado, 15 de octubre de 2011

Nuevamente

Solo y en la penumbra,
ebrio de ti me encuentro,
aunque más bien, con resaca,
la dolorosa resaca
de que ya no estás,
en la penosa necesidad
de sentirme amado,
con el tremendo vacío por no serlo.

Las luces de los autos
brillan a lo lejos aproximándose,
mientras yo pienso en el infinito
y avivo suavemente
la brasa al final de mi cigarillo.

Me pregunto quien será esa,
la que ha de amarme nuevamente,
la que ha de hacerme sufrir nuevamente,
a la que extrañaré nuevamente.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Seguramente alguien será... por lo pronto, que todo se vuelque al lomo de las letras.

Como siempre un placer leerte.

Beso.