domingo, 20 de septiembre de 2009

Regatear



Me asombras, me dices las opciones como quien lee la carta en un restaurante, sin remordimiento, sin asomo de duda, y lo único que necesito no está en tu lista. Yo sé que es tu trabajo, solo te pido que después del servicio no hagas como si no me conocieras, por lo menos trátame como a un buen cliente.

Me voy, mi pobre cartera no aguantará una hora más con esta mujer, creo que esto es lo más amado que me podré sentir el día de hoy, mi quincena solo me da para sentirme amado 2 horas más unas cuantas copas así que le dije: “bien, me amaste y me tengo que ir, lo siento nena, en verdad lo siento, pero no me gusta regatear y ya no puedo comprarte más cariño”.